En el principio fue el punto.
Y el punto era fin y principio. No era nada y era todo.
Pero faltaban respuestas, y entonces fueron dos puntos.
Y los tres puntos fueron misterio y esperanza. Imaginación.
Pero faltaba.
Y explotaron signos en estrellas, curvas, barras, comas y guiones. Más eran silencios. Y no alcanzaba.
Las vocales aportaron sonidos, gritos y canciones. Y estaba bien.
Después fue el sustantivo. Mar. Tierra. Luna. Flor. Sueño. Odio. Amor. Y así fue.
Pero entonces, el adjetivo fue poesía. Rojos. Dulces. Fríos. Salvajes. Tiernos.
Y al fin, fue el verbo.
(del libro "Llegando" )
(c) Ricardo Plank . Derechos reservados
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